Protección de las transacciones del comercio exterior y la ciberseguridad.

Protección de las transacciones del comercio exterior y la ciberseguridad

Ana Yedith Cepeda Chaparro
Por:
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A lo largo de los años de política comercial se han estructurado protecciones para las transacciones que surgen en el comercio internacional, y estas políticas han sido objeto de intensos cambios y negociaciones internacionales durante décadas. Desde las fatales guerras arancelarias de la década de 1930, en el cual la fijación de las tasas fueron demasiados altas que generó un impacto de la comercialización entre regiones, por lo que se evidenció escasez de productos, difícil acceso al intercambio y un impacto económico, por lo que, esto permitió iniciar las negociaciones y se han dirigido a eliminar gradualmente las barreras del comercio internacional. Por otra parte, la creciente sofisticación de las amenazas cibernéticas, que ha dado pauta al desarrollo de las prácticas y medidas implementadas para proteger los sistemas informáticos, las redes, los dispositivos y los datos e información sensible en el comercio internacional.

Las políticas públicas han estructurado una serie de protecciones al comercio exterior, como la regulación en la entrada y salida de bienes, la implementación de aranceles y tributos, acciones de protección que regulan los precios y cantidades producidas, la intervención del estado en el control en las operaciones y fijación de precios entre vinculados y terceros, la implementación de políticas que inician requerimientos especiales para la salida o ingreso de mercancías. Ahora bien, existen instrumentos de protección que se clasifican en directos e indirectos, los instrumentos directos afectan a los productos cuando entran en el comercio internacional y los indirectos se concentran en el proteccionismo de la producción de una región o sector en la misma manera de acceder a ellos, acompañados de seguridad de los temas tecnológicos, “en línea”, temas que se han vuelto cada vez más importantes en nuestra era digital, tomando medidas proactivas y aplicando las mejores prácticas de seguridad, para proteger los sistemas y datos contra las amenazas cibernéticas en constante evolución.

Es preciso mencionar, que los gobiernos intervienen en la protección del comercio valiéndose de instrumentos ya mencionados directos e indirectos, teniendo en cuenta que también, esto permite recaudar impuestos, apoyar los ingresos de los productores, reducir los costos de alimentación de los consumidores, lograr la autosuficiencia y contrarrestar las intervenciones de otros países. Dentro de los instrumentos directos de protección del comercio exterior se encuentran los aranceles, los contingentes (cuotas) de importación y exportación, y los impuestos y las subvenciones a la exportación.

Así las cosas, la protección ante transacciones de comercio exterior es crucial para garantizar la seguridad y el éxito de las operaciones internacionales, en este sentido, la protección junto con la ciberseguridad son aspectos críticos en el entorno empresarial actual, ambos términos relacionados con la seguridad de la información y la protección de los activos digitales de una organización.

Por consiguiente y para no caer en amenazas informáticos, es fundamental comprender y cumplir con las regulaciones y leyes relacionadas con el comercio exterior. Esto incluye conocer las restricciones comerciales, los requisitos aduaneros y las políticas de exportación e importación de los países involucrados, para así proteger la información confidencial relacionada con las operaciones de comercio exterior, ya sea entre vinculados o terceros independientes evitando así la divulgación no autorizada de la información y garantizar que solo las partes involucradas tengan acceso legítimo a ella.

Resulta claro que, en el comercio exterior, las empresas pueden enfrentarse a competidores internacionales de diferentes países que buscan aprovecharse de las oportunidades que brindan los mercados en términos de precios, calidad, innovación, estrategias de marketing y adaptación cultural, en otras palabras, la capacidad de diferenciarse y ofrecer valor agregado es crucial para tener éxito en un entorno competitivo a nivel internacional y por este motivo, las empresas están expuestas al intercambio de información confidencial. Por lo anterior, la protección de la información sobre productos, precios, estrategias de mercado y otros aspectos comerciales confidenciales son decisivos para mantener una ventaja competitiva. Sucede entonces que la filtración o el acceso no autorizado a esta información por parte de competidores puede perjudicar la posición de una empresa en el mercado.

Si bien es cierto que las operaciones de comercio exterior están sujetas a una amplia gama de regulaciones y leyes, tanto a nivel nacional como internacional, proteger la información relacionada con estas operaciones ayuda a cumplir con los requisitos legales y evitar sanciones. Esto incluye proteger los datos de importación y exportación, los documentos aduaneros, los registros financieros y otros registros comerciales requeridos por las autoridades regulatorias que contribuyan a mantener la integridad y la confianza en las transacciones comerciales. Los clientes, proveedores y socios comerciales confían en que su información se mantendrá segura y no será comprometida, sin duda la falta de protección de la información puede erosionar la confianza y afectar las relaciones comerciales a largo plazo.

Por último, es conveniente resaltar que la protección de la información en las transacciones de comercio exterior es esencial para salvaguardar los intereses comerciales, mantener la confianza de los clientes y socios, mitigar riesgos, cumplir con las regulaciones, proteger la cadena de suministro y evitar pérdidas financieras y daños a la reputación de la empresa.